Quizás un sueño, quizás no.
¿Una visión tal vez? no lo se.
El afán me consumió, luché con mis fuerzas y sentí que te apartaste de mí.
Cuando no te sentí la angustia me invadió,
desesperado decidí buscarte, tomé mi lámpara y corrí
la penumbra envolvió mi corazón
y tuve miedo.
El miedo cegó mis ojos,
mi lámpara sólo alumbraba pies,
no puede ver más allá de mi alrededor,
mi instinto me guio porque no veía el camino
y mi mente lúcida te busca y te culpa.
¿Por qué me dejaste?
¿Por qué no estás conmigo?
¿Por qué me dejas sufrir y me abandonas en la angustia?
¿Por qué no escuchas lo que quiero y apartas de mí tu magnificencia?
Yo solo quise ayudar a otros, yo sólo quise hacer el bien
para quienes amo y para quienes se acerquen a mí.
¿Es que acaso tu no ves mi corazón, acaso no conoces mis pensamientos?
¿Por qué eres injusto y cruel conmigo?
Yo tu hijo, el que te ama,
recrimine mientras esa triste luz casi apagándose alumbraba el lugar de mi siguiente paso,
la llama casi apagándose se movía al ritmo de la brisa.
¿Por qué me trajiste a este mundo si no ibas a ayudarme en mis propósitos?
¡Dame algo, aunque sea una esperanza, aunque sea una señal!
El silencio y la oscuridad volvieron a gobernar mi alrededor.
¡Dame Luz! Dije, pues creí que la lámpara se apagaría pronto.
No hubo respuesta.
¡No das nada! grité mientras giraba y veía el cielo sin estrellas,
tropecé y caí, pero mi lámpara no se apagó,
me deslicé rumbo abajo en una pendiente hasta llegar a otro camino.
Me senté sobre un árbol caído, cuyas ramas tétricas y secas
hacían más desalentadores mis pensamientos.
El viento que revoloteó susurró
No lo escuché, sólo lo entendí
¡Iluminar, cuenta tu historia!
¡Haré una antorcha pensé!
Junté las ramas secas y con la escasas llamas de la lámpara logré encender su fuego
Todo se aclaró, ahora si podré ir más rápido,
la luz que irradiaba la antorcha no sólo alumbraba mi camino,
también me dio paz, seguridad y amor.
Me disponía a seguir ahora con mucha confianza porque ya podía ver,
De repente, a lo lejos vi siluetas acercándose,
personas saliendo de la oscuridad donde la luz de mi antorcha no llegaba.
Unas lloraban, otras reían de alegría, otras aún con un poco de temor,
pero todas se alegraban de verme.
Me dijeron que estaban en tinieblas,
que no sabían que hacer, no sabían hacia donde ir.
Podía ver el pánico en sus rostros y el terror de la soledad
Escuché cuando decían
Gracias por salir de la seguridad donde estabas,
cuando vimos tu luz, te seguimos.
Cuando te ví tomé fuerza y recogí los trozos de alma y avancé
Otro decía, los pedazos de mis sueños imposibles se volvieron a juntar
Nos marcaste el camino,
y te seguimos porque tenías luz,
te seguimos porque Dios estaba contigo.
Entonces comprendí que nunca me dejaste,
que me ayudaste en mi propósito de ayudar a otros, y por eso te amo.
Quizás un sueño, quizás no,
quizás es mi vida o quizás sea la tuya.
Discover more from LOPMART
Subscribe to get the latest posts sent to your email.
Leave a Comment